Tristín en la fiesta


Tristín (Historieta) 1era. entrega

Senda peatonal




Internet está arriba (reflexión)

Imaginariamente en el mundo actual las cosas mas o menos intangibles ocupan diferentes lugares. Lo que sigue son algunos ejemplos:

Sobre las que están "arriba" se destacan:
Internet: De la cual se suben o bajan toda clase de cosas.
La dirigencia: Que "baja" a los dirigidos las directivas.
El norte geográfico: Arbitrariedad mundialmente aceptada que pone a los países mas desarrollados en la cima y que ayuda a las ínfulas de "derecho divino".
El exito: Con su combo de fama y gloria.
El cielo: Al cual ascienden solo las almas mas puras.

Jainismo (informe)

Los Jainas surgen como un desprendimiento de la corriente principal del hinduismo,diferenciándose  de éste último en que ignoraban los Vedas y a los brahamanes que los interpretaban.
Creian firmemente en la doctrina de la dualidad entre cuerpo y espiritu promoviendo la no intervención en el mundo. La mas elevada acción moral para un Jaina , era pues la negación absoluta de toda acción, para lograr el propósito de "no daño". Esto debido a la creencia de que la materia es la que estaba regida por el karma y que atender a las necesidades del cuerpo implicaba seguir en la eterna rueda de la causalidad Karmica manteniendo al espíritu aprisionado en la carne.

Si decidir es una locura, entonces: ¿Por qué la culpa? (reflexión)

Es imposible contar con todos los elementos de análisis para juzgar la conveniencia de un acto u otro .En el acto de decidir se encuentra el sujeto ante infinidad de posibilidades, tantas que le es inviable siquiera imaginar una fracción de las mismas.
La libertad es realmente apabullante , cada paso un delirio ilógico e inexplicable , salvo por el sentido que el propio sujeto le da a sus actos.
El filósofo danés Soren Kierkegaard afirmaba que "Decidir es una locura" y Sartre que siempre quedaba alguna alternativa distinta de la que aparecía como única. En este sentido sostenía que hasta un torturado decidía cuando entregarse , cuando no dar más.

-Hola , ¿Que tal? No soy nada en particular. -Mucho gusto, yo tampoco.(reflexión)

Es notorio como el lenguaje moldea desde muy temprana edad la idea que tenemos de nosotros mismos  y como estas estructuras gramaticales terminan imponiendo una visión que a primera vista parece indiscutible. La división de una simple oración en sujeto y predicado arrastra consigo una manera de percibir la realidad. Así tenemos que en "Juan plantó un árbol " , Juan es el sujeto , es decir la parte de la realidad con la que nos identificaremos, "plantó un árbol" o "cruzó la calle" o "fue embestido por una Renoleta sin frenos " son contingencias para el aparente eterno yo de Juan .

El buen juicio (cuento corto)

Pase a declarar el acusado al estrado, sentenció el juez Ricardo, con voz de tono autoritario y enérgico. Antes que nada su señoría, yo, Ricardo, en pleno uso de mis facultades mentales, quiero manifestar mi más total inocencia con respecto a los cargos por los cuales me encuentro acusado. ¡Protesto! Exclamo el querellante, también con la misma socarrona voz que el juez. Asimismo el abogado defensor de Ricardo, el reconocido doctor Ricardo, apartó por un momento a Ricardo, y lo increpó diciéndole que eso de jactarse de estar en pleno uso de sus facultades mentales, no le convenía, ya que él conocía al juez Ricardo, y que este hubiera sido quizás mas indulgente al sentenciarlo eventualmente en caso de alegar alguna demencia temporal, o embriaguez, o trastornos momentáneos de los sentidos. Ricardo contestó: No se haga problema doctor Ricardo, yo lo conozco al gil este, siempre de entrada se hace el serio y el inflexible, y después, al final cuando se da cuenta de que él también es yo, me perdona cualquier acción, por mas grave y dolosa que parezca y al final pasamos siempre a otra cosa.
- Créeme Ricardo, esta vez va a ser distinto, no se que le pasa a este tipo últimamente, esta desconocido, hasta la mujer se sorprende al verlo tan cambiado.
- ¡A que te referís che, me estas empezando a asustar, y ahora el que se esta poniendo nervioso soy yo, Ricardo.
-Y si mira… Y en eso estaban cuando el juez Ricardo volvió a exclamar con voz más fuerte que antes:- Basta, o voy a hacer desalojar la sala y lo voy a juzgar en ausencia joven.
El querellante siguió con su alegato diciendo: Hay pruebas de sobra su señoría para condenar al acusado a la pena máxima y brindarle a esta sociedad una sentencia ejemplificadora para que estos actos de tan extrema gravedad no vuelvan a repetirse jamás. Hete aquí las imágenes mentales que se suceden una y otra vez en la perturbada conciencia de este deleznable sujeto. En ellas puede observarse como esta bestia, ya que otro calificativo no le haría honor a su crueldad, atropelló y mató a una inocente criatura resguardándose en las soledades y el anonimato que le daban las desérticas calles de aquella remota provincia por donde pasó hace tantos años y luego sin el mas pequeño de los remordimientos huyó del lugar dejando a ese inocente ser yaciendo en el pavimento. Ricardo comenzó a temblar, las imágenes eran tan reales y precisas, que todo su cuerpo empezó a escalofriársele, ya, a esa altura había empezado a dudar de la indulgencia del juez Ricardo.
Luego se sucedieron las imágenes, también de un asombroso realismo de Ricardo en el lavadero de autos tratando de borrar todo rastro de aquello y argumentándole al dueño del establecimiento, un ignorante provinciano, según el creyó, que había embestido a un animal salvaje.
Hasta aquí, ciertamente, Ricardo podría haber soportado, a duras penas, y como regularmente lo hacia, toda esta andanada de recuerdos, mas, lo que realmente lo perturbó completamente, fue imaginarse a los padres de aquella pequeñita, y su reacción al encontrar su trémulo cuerpecito.
Terminada la manifestación de la querella, el juez Ricardo citó al testigo más importante, y al que sin duda seria determinante en el curso de los acontecimientos, el propio señor Ricardo en persona. Contrariamente a lo que Ricardo había pensado que iba a suceder, Ricardo ratificó todo lo dicho por la querella, y desorbitado, pidió el máximo castigo.
El juez Ricardo entonces pasó a cuarto intermedio, y prometió volver con la sentencia.
Ricardo pensó: Este es el fin, que otra cosa más puede pasarme, sino recibir la condena que me merezco, y que vengo esquivando desde hace tantos años.
Que se ponga de pie el acusado, dijo el secretario Ricardo. Será leída a continuación la sentencia, que tendrá el carácter de inapelable e irrevocable. Su excelencia, el juez Ricardo se declara incompetente para fallar en este asunto, y solo ordena a Ricardo a dirigirse a los tribunales ordinarios de su jurisdicción para ser juzgado por los demás mortales, y así tratar de que su atribulada álma reciba la paz y el descanso eterno que al fin y al cabo no se le niegan a nadie.
Al día siguiente Ricardo, arrepentido de haberse entregado, trataba de fraguar la investigación desde la oscura y mal oliente prisión en donde había quedado encarcelado.